Pastaza, la provincia más grande del Ecuador, que empieza a solo 35 minutos de Baños de Agua Santa y es limítrofe con Perú, fue depredada en pocos meses de su madera de balsa -que crece silvestre- porque ciudadanos chinos se instalaron dentro del Ecuador y la compraron a precios regalados, en complot con dirigentes indígenas, que convencieron a las comunidades de vender a 4 dólares la troza cuando valía 12. Fue un huracán de taladores que arrasaron los rincones más apartados de la selva para proveer la balsa que necesitan para sus aspas, los gigantescos molinos eólicos de energía “limpia” que exporta China a los países “verdes”.
Ecuador está lleno de basura mecánica, electrónica y tecnológica que viene de China, que compramos mirando el rótulo de “salida la mercadería no se acepta reclamos”. En USA es diferente, todo producto chino tiene garantía de 2 años en promedio.
En todos los gobiernos nos han ilusionado con acuerdos y convenios mediante los cuales, la vía comercial es el camino para que vengan millones de turistas chinos. Recuerdo que empezamos a construir hoteles con la entrada hacia el sol naciente y las camas con la cabecera al norte, acorde al feng shui; pero jamás vinieron turistas, solo llegan compradores de materias primas con prácticas dolosas, o empresas que construyeron obras millonarias mal hechas; sin esa honradez empresarial que sí se practica en China.
La no inclusión del ministro de turismo en la comitiva presidencial, da una clara idea que el Presidente Lasso ya no come el cuento de los supuestos millones de turistas chinos que jamás llegan, al contrario, la empresa china CRBC compró el emblemático “Hotel Quito” en medio de un torbellino de irregularidades.
El Acuerdo comercial a más de liberar nuestro petróleo, debe velar que ya no se inunde el país con chatarra recién fabricada y en vez de ello, nos provean de la tecnología que el país; y el turismo en especial, necesitamos con urgencia.
Excelente noticia, no lo sabía