TURISMO EN PAREJA

Por Guido Calderón

 

Es recurrente encontrar familiares o amigos con nueva pareja. – Qué pasó, preguntamos. – No lo sé, la vi, me enamoré, no es mi culpa. Luego de un tiempo los volvemos a ver sin la tan amada pareja e inquirimos. – Qué pasó. – No lo sé. La magia se fue, no es mi culpa.

 

Y así el Ecuador se llena de madres solteras y de condenados a vivir con la mitad del sueldo que repetirán varias veces en sus vidas, la misma historia de instantáneas pasiones y rompimientos, sin asumir responsabilidad; distintivo de los ecuatorianos con todas nuestras tragedias que siempre son culpa de los demás, por ello no les encontramos solución y el remedio a nuestras enredadas vidas, queda a merced de políticos redentores que ofrecen soluciones gratis a cambio de nuestro voto.

 

Un oriental le dice a un occidental: “ustedes se casan con las mujeres de las cuales se enamoran. Nosotros nos enamoramos de las mujeres con las cuales nos casamos”. Su percepción del amor es opuesta a la nuestra; no todo el planeta tiene el volátil y efímero concepto ecuatoriano del amor.

 

Nuestras mentes funcionan con un pensamiento rector, idéntico a un organigrama: gerente, mandos medios, operativos. El amor no es un sentimiento, es la suma de muchos. Desde el día que me casé con Pilar, cada día tomo la decisión de amarla; ese mi pensamiento gerente que pone en acción los sentimientos medios como: protección, afecto, respeto, humor; que se vuelven en acciones en el momento oportuno.

 

Nuestras creencias de pobreza, que nos hacen odiar a los ricos y ahuyentan el dinero de nuestras vidas, son el alimento del socialismo y la izquierda totalitaria que nos convence que el Estado dará todo gratis a los hijos que renunciamos, cuya educación, salud y empleo;  no son nuestra responsabilidad, sino del gobierno de turno; por ello los que se dicen pobres se desbordan de hijos, muchos abandonados, que se les repleta de rencores prehistóricos contra los españoles, los ricos, la derecha, el capitalismo; y amarán irresponsablemente igual que sus fértiles padres. /GC.

 

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