Baños, 09 de marzo de 1937.
Al Rvdo. Prefecto aptico. f . Jacinto Dávila. Puyo.
Muy amado Rmo. Padre prefecto.
Me es muy grato contestar a la pregunta que me ha dirigido en carta al mrp. Cura, sobre la fundación del pueblo de puyo. Desde que llegue a canelos,
En abril de 1897, supe de la existencia de algunos jíbaros salvados siendo niños de la ruina del pueblo llamado Pintuc a las orillas del mismo nombre llamado vulgarmente Pindo, que moraban en el ciz hacia las cabeceras del Bobonaza, conocido también algunos que se presentaron en canelos y eran considerados como muchachos del célebre capitán Palate verdadero Eustagio Manes, según su propio nombre. Codos eran jóvenes o de mayor edad y deseosos de formar un pueblo nuevo que sustituyese al destruido por los chirapas o jíbaros del norte de Macas, este proyecto lo traté con las autoridades de canelos y fue bien aceptado como un lugar intermedio entre canelos y baños.
Los moradores en el puyo punto elegido para la fundación, estaban notificados de la fecha, según costumbre india en la época de la luna. debían tener edificado por lo menos tres casas amplias y provisiones para atender a los huéspedes que fueron su servidor y el capitán Pálate ó Eustaquio Illanes los Varonos Ignacio Vargas y Sebastián Illanes, el fiscal Toribio Santi y otro cuyo nombre he olvidado y algunos pocos más que completan el número de nueve.
El curaca de canelos se excusó de concurrir por muy anciano.
el 8 de mayo de 1889, celebrada la misa en honor a la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, nos pusimos en marcha sobre las aguas del Bobonaza en tres canoas dejando el camino de tierra, pues los compañeros deseaban ir pescando con sus redes y recibiendo los obsequios a orillas de los ríos. El 11 de mayo, coronábamos el ciz. El cuarto día llegábamos al Puyo provistos de paujiles victimados por los tiros de escopeta. Al día siguiente por la mañana, Carlos Santi y su hermana Jumáa que disque ha soñado en carne se marcharon hacia las playas de Pastaza y regresaron con algunos monos grandes llamados “cusillos” que parecían sacados de alguna ceba. Carne abundante y algo de chicha a la moda jíbara fue materia suficiente para solemnizar la pequeña fiesta de fundación del pequeño pueblo y la solemne entrega de la vara de capitán a Javier Vargas, alias Nayapi y, la de fiscal a un joven de buena voluntad. La fiesta no duró más de un día.
La fundación se verificó bajo el patrocinio de la Santísima virgen del rosario de Pompeya, cuya imagen mandé a trabajar en quito con cincuenta sucres que me remitió un desconocido.
Fr. Álvaro Valladares q.p
( Carta escrita por fray Álvaro valladares, fundador de la ciudad de puyo. )
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