CHOCOLATE GOLOSINA
Por Guido Calderón
El cacao ecuatoriano es famoso desde hace siglos, pero quien ha dado fama al chocolate ecuatoriano en los últimos 20 años, es Santiago Peralta; quien a más de dominar con su marca -la más premiada del mundo- los supermercados de Ecuador, ingresó a Europa, donde a criterio de este experto: “el 80% de lo que se consume en el mercado europeo no es chocolate” y califica de “golosina” a los famosos chocolates del viejo continente que se arrogan veleidosos adjetivos sobre brillo, crocancia, elegancia, textura, etc; palabras que esconden los perjuicios para la salud de los consumidores que causan el exceso de azúcar -con algo de cacao- y la infinidad de químicos inmersos. Santiago no puede ser más preciso. Golosina: “dulces que no aportan valor nutricional significativo, pero son apreciados por su sabor”.
Al ser los españoles quienes introdujeron el chocolate en Europa, Santiago se ha dado la tarea de ir con frecuencia a España a difundir su conocimiento sobre el mundo del cacao, que por paradójico que parezca, poco lo entienden los consumidores europeos que mayoritariamente apuesta por precio, empaquetado y sucumben a la publicidad de marcas hiper industrializadas; *dejando de lado la trazabilidad, el origen, el bienestar de los agricultores, los precios justos y más ingredientes sociales y humanitarios. *
Sin embargo, existe muchos otros parámetros que no se miden ni se mencionan siquiera. Por ejemplo: cuánto aporta al calentamiento global cada tableta fabricada el Europa que por semanas y meses es trasladada a América o al Asia en barco cargueros que con
CHOCOLATE GOLOSINA
Por Guido Calderón
El cacao ecuatoriano es famoso desde hace siglos, pero quien ha dado fama al chocolate ecuatoriano en los últimos 20 años, es Santiago Peralta; quien a más de dominar con su marca -la más premiada del mundo- los supermercados de Ecuador, ingresó a Europa, donde a criterio de este experto: “el 80% de lo que se consume en el mercado europeo no es chocolate” y califica de “golosina” a los famosos chocolates del viejo continente que se arrogan veleidosos adjetivos sobre brillo, crocancia, elegancia, textura, etc; palabras que esconden los perjuicios para la salud de los consumidores que causan el exceso de azúcar -con algo de cacao- y la infinidad de químicos inmersos. Santiago no puede ser más preciso. Golosina: “dulces que no aportan valor nutricional significativo, pero son apreciados por su sabor”.
Al ser los españoles quienes introdujeron el chocolate en Europa, Santiago se ha dado la tarea de ir con frecuencia a España a difundir su conocimiento sobre el mundo del cacao, que por paradójico que parezca, poco lo entienden los consumidores europeos que mayoritariamente apuesta por precio, empaquetado y sucumben a la publicidad de marcas hiper industrializadas; *dejando de lado la trazabilidad, el origen, el bienestar de los agricultores, los precios justos y más ingredientes sociales y humanitarios. *
Sin embargo, existe muchos otros parámetros que no se miden ni se mencionan siquiera. Por ejemplo: cuánto aporta al calentamiento global cada tableta fabricada el Europa que por semanas y meses es trasladada a América o al Asia en barco cargueros que consumen bunker, que es casi petróleo puro. Luego, el combustible que queman en su traslado al interior de cada continente, llegando las tabletas europeas hasta el rincón más apartado de Sudamérica o del África.
Santiago Peralta tilda de fraude el llamar chocolate a algo que tiene un 15% de cacao; creo que es muy magnánimo. Para que haya mayoría desde hace siglos se considera que debe ser la mitad más uno. Es decir, cualquier pasta que tenga menos del 51% de cacao, no debe llamarse chocolate. Sin embargo, el que haya una voz ecuatoriana que eduque en Europa, ya es otro motivo de orgullo.
sumen bunker, que es casi petróleo puro. Luego, el combustible que queman en su traslado al interior de cada continente, llegando las tabletas europeas hasta el rincón más apartado de Sudamérica o del África.
Santiago Peralta tilda de fraude el llamar chocolate a algo que tiene un 15% de cacao; creo que es muy magnánimo. Para que haya mayoría desde hace siglos se considera que debe ser la mitad más uno. Es decir, cualquier pasta que tenga menos del 51% de cacao, no debe llamarse chocolate. Sin embargo, el que haya una voz ecuatoriana que eduque en Europa, ya es otro motivo de orgullo.