TURISMO A LA RESPONSABILIDAD
Por Guido Calderón
Los delincuentes en Ecuador se dicen víctimas del sistema y siempre vuelven a la cárcel a ser asesinados por otras “víctimas”. Los enfermos en este país, no se curan porque no le regalan medicinas y los médicos son ineptos; no porque tienen malos hábitos. Muchos pobres no tienen vidas dignas porque el Estado no les regala casas; no influyen su promiscuidad, el sin fin de hijos y su alcoholismo. El obeso no baja de peso porque el pan es de mala calidad. El empleado no progresa porque no le suben el sueldo. El país no avanza por los malos políticos. Nadie es responsable de sus tragedias, la culpa siempre es de otros.
Quien no asume su responsabilidad frente a sus problemas, pierde el control de su vida. Sin control no hay libertad, nos reducimos a víctimas y la felicidad es un imposible; lo que nos llena de emociones negativas: miedo, envidia y odio, que exteriorizamos en redes sociales. Invertimos tanto en sufrimiento que lo amamos y escudriñamos culpables no soluciones.
Al eludir nuestras responsabilidades, la culpa nos enferma y daña a quienes están junto a nosotros, a nuestros seguidores, los cuales necesitan justificaciones a su irresponsabilidad para seguir juzgando y condenando a los demás.
Los irresponsables son tantos, que ya son actores sociales. Los delincuentes se dicen organizaciones urbanas y exigen beneficios a cambio de no asesinar inocentes. Los que no pagan sus deudas, amenazan paralizar el país. Los asambleístas destruyen el país y culpan al gobierno.
Pero, las enfermedades mentales crecen a la par que nuestra irresponsabilidad y vamos por la vida sin impulso, sin autonomía, pregonando la ideología que acusa, ataca y destruye a los rivales y al país; pero antes mata nuestra paz interior.
La culpa apunta al pasado. La frase más poderosa que existe hoy es: Soy Responsable. La responsabilidad mira al futuro, cuando la asumimos desaparecen las emociones negativas y tenemos tiempo y mente para nosotros, para cimentar nuestro propio camino al bienestar./GC.